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NANOGRIMO
nanogrimo - Cómo puedo conseguir que me dejen de dar la vara en el trabajo? · 04/11/2023

¿Cómo puedo conseguir que me dejen de dar la vara en el trabajo, especialmente por parte de mi jefe que es un micromanager de cojones que no me deja vivir y cada vez me cuesta más contener mis ganas de degollarlo con una cucharilla de postre?

 - Anónimo (Por el bien de su empresa)




Hola, Pepe, perdona que hayamos puesto tu pregunta firmada por un anónimo, pero preferimos que la publicación de este consejo no te afecte ni a ti, Jose Beltrán, ni a tu empresa. Por eso preferimos no publicar tu nombre, Pepe.


Por supuesto, desde este consultorio repudiamos tu solución propuesta y desaconsejamos con vehemencia tu alternativa de degollarlo con una cucharilla de postre. Hay un sinfín de armas cortantes mucho más apropiadas y siempre recomendaré el uso de la herramienta adecuada para el trabajo apropiado. Por supuesto, tienes a tu disposición toda una gama de diferentes dagas ceremoniales que no solo te evitan un sobreesfuerzo de tu muñeca, si no que te permiten aprovechar la sangre de tu jefe degollado para algún ritual. Recuerda que la verdadera magia no consiste en lanzar rayos por la punta de los dedos, si no en saber aprovechar los recursos que la naturaleza y el ocasional asesinato nos proporcionan.


De todas maneras, a pesar de dedicarme profesionalmente a la hechicería, conozco los entresijos del trabajo mundano. Siempre he defendido que para poder atisbar la frontera entre la chispa encendida del alma de un ser vivo y la luz apagada de un alma vacía y muerta vagando por el inframundo, solo es necesario observar cualquier trabajo de oficina. Por eso sé con la misma certeza que sé que decapitar a una hidra solo trae más trabajo, que hacer lo mismo con tu jefe acarreará las mismas consecuencias. Y hablo desde la experiencia, no es el primer encargado que he transformado en un montón de cenizas. Y sin embargo, siempre vuelven a aparecer otros, obtenidos del mismo purgatorio gris de donde ha salido el anterior, dispuesto a continuar tu tortura al mismo lento ritmo que su predecesor. Normalmente, además, acompañados de una nota de recursos humanos en las que se me pregunta por mi implicación en la desaparición del décimo jefe de planta. 


Me temo que asesinar a jefes intermedios es una tarea digna de sísifo ya que parecen no agotarse. La mejor solución sería eliminar la cabeza más alta de la jerarquía. Para esto valdría un simple hechizo de fuego o una piedra muy gorda, pero, lamentablemente, no es tan fácil. Porque una vez que comienzas a ascender en las filas corporativas buscando el responsable último, descubres que siempre hay alguien por encima. Y a pesar de la forma piramidal de nuestra sociedad, no parece haber nadie en la punta. Más bien, gente mejor vestida en diferentes puntos del laberinto que realmente es nuestra jerarquía social.


Así que, si tras mis palabras aún sigues decidido a degollar a tu jefe con una cucharilla desoyendo mis consejos, al menos, escucha éste e intenta que la cucharilla sea de plata. La posibilidad de que tu jefe sea un vampiro es más alta de lo que crees y con una cucharilla normal harías el ridículo más espantoso.


Pero, si decides seguir mis consejos, te propongo una alternativa más limpia y efectiva para deshacerte de la constante mirada de tu jefe por encima de tu hombro con cada microtarea. Que él sufra lo mismo.



Invocación de La Cabeza Flotante del Nanomanagement

(Nanoprocuratio Testa)


Ingredientes:


- Trozo de lápida de algún viejo empresario. A ser posible ya muerto.

- Un cráneo humano (Ya pelado)

- Un horno jíbaro

- La agenda de un año maldito

- Clavo.


- Lo primero es conseguir el cráneo humano. Normalmente no hay problema para obtenerlo y simplemente tienes que pedir que te lo aparten cuando compres un cadáver entero o, de lo contrario, lo tirarán. Si no están pelados, recuerda que es tan fácil como ponerlos en agua hirviendo y luego echarlos en agua con hielo. O usar un pelacráneos.


- Precalienta el horno jíbaro a 166º. 


-Trocea el trozo de lápida en piedras del tamaño de nueces con un cascalápidas o un mazo. Introdúcelas en el horno jíbaro para que vayan cogiendo temperatura.


- Para la agenda del año maldito tienes que buscar una agenda ya rellenada con tareas de algún año maldito. Cualquier agenda de los años de la Primera o Segunda Guerra mundial, o la Guerra Civil debería bastar. Aunque según la mayoría de astrólogos, cualquier año desde el 2018 ya podría valer.


- Repasa una a una las hojas de la agenda revisando que no haya un solo hueco libre. Si lo hay, rellénalo con tareas mundanas como “contar todas las columnas del excel a mano”, “comprobar qué números de teléfono de la agenda de clientes son primos” o “revisar que no haya huecos en una agenda vieja”. Una vez revisadas, úsalas para avivar el fuego del horno jíbaro.


- Cuando hayas consumido toda la agenda, coloca el cráneo en el horno y cuece a fuego lento mientras se va reduciendo. Cuando veas que tiene el tamaño adecuado, introduce el clavo en el horno. Servirá como ligadura y le dará un sabor característico al hechizo.


- Agarra el clavo ardiendo y colócalo sobre el hombro de tu jefe. El espíritu maldito del nanomanagment quedará ligado a éste y lo perseguirá dirigiendo las tareas más minuciosas de su vida y criticándolas con dureza. Tu jefe aprenderá la lección y dejará de hacértelo a ti. O descargará su frustración contigo y te lo hará el doble de fuerte. Es lo que tiene la magia corporativa, que es muy impredecible.


Advertencias

Es difícil encontrar el tamaño adecuado de reducción del cráneo. Cuanto más pequeña sea la cabeza resultante, más pequeñas serán las tareas. Así un cráneo del tamaño de un puño perseguirá a su víctima criticando todo su trabajo, su tiempo de ocio, los platos que cocine y su manera de hacer el amor. Si lo reducimos al tamaño de una nuez, criticará e intentará corregir la dirección que tome al caminar, todas las palabras esdrújulas que pronuncie y su gusto a la hora de vestir.

Una cabeza del tamaño de una avellana comenzará a criticar la manera de respirar o parpadear y, aunque como tortura para tu jefe suene bien, piensa que también tú podrás oírla y resulta molesto.

Si la cabeza está poco hecha, por el contrario, se dedicará a criticar las películas que vea y, aunque resulte molesto, hay gente viva que ya hace esto y quizás tu jefe ya esté acostumbrado. 

Para cómo lidiar con esta gente, por cierto, sí que recomiendo el uso de la cucharilla que mencionas, Pepe.