En cumplimiento del Real Decreto-ley 13/2012 te avisamos de que esta página usa cookies. Si continúas navegando consideramos que aceptas su uso. ¿El qué? Más info
>
!nanogrimo
NANOGRIMO
nanogrimo - ¿Cómo atarse los zapatos? · 08/12/2025

Querido Bruno: Cada vez que me pongo mis zapatos me encuentro con que los cordones no se atan solos ¿Qué me recomiendas para solucionarlo? Atentamente ,  

- Paso Loco Rodríguez



Hay un motivo por el cual los magos llevamos túnica, querido Rodríguez. Y es que comparto contigo la problemática de tener que enfrentarme al terrible problema de vestirme cada vez que me levanto, como si el cuerpo humano -sea este mortal o no- estuviese preparado para enfrentarse nada más despertar de un largo reposo al problema de topología avanzada que es vestirse.


No es ninguna cuestión baladí saber por qué agujero meter la cabeza en según qué prendas. No sería la primera vez que introduzco mi cabeza por el sitio equivocado y acabo sacándola por la manga derecha, la pernera o el antiguo Egipto.


La problemática de atarse los zapatos, antes de que los hechizos de resurrección o el café hayan hecho efecto, puede ser de los aprietos más complicados a los que la mente puede hacer frente. Por suerte hay muchas maneras de solucionar este problema, querido Rodríguez. La primera y más sencilla es que uses sandalias o zapatillas con velcro. Tan sencillo como eso.


La segunda idea que se me ocurre es la de animar la ropa para dotarla de una suerte de automatismo similar a nuestra propia concepción de vida. Tan sencillo como eso.


El proceso de animar una vestimenta es, como verás a continuación, no excesivamente difícil. Pero antes de que te decidas a hacerlo, quiero que conozcas las consecuencias. Miles de objetos son dotados de vida por sus dueños todos los días. Magos que encantan sus escobas para barrer y fregar, brujas que otorgan consciencia a sus sombreros para que les sujeten el pelo o les diga donde hay deliciosos niños cercanos para comer, titiriteros que tratan a sus marionetas como si fuesen hijos, o a sus hijos como si fueran marionetas…


El uso desdemedido de esta práctica, sumado a la época de consumismo exagerado en la que vivimos ha logrado que cientos de objetos de vida sean tirados a contenedores o abandonados en trasteros. Hay vertederos que albergan sociedades enteras de juguetes salvajes. Enjambres de lápices pasando a limpio apuntes que ya nadie estudiará. Rebaños de pantalones correteando por las calles, buscando alguna pierna que cubrir. 


Si vas a usar el hechizo de animación de ropa para otorgar de alma a los cordones de tus zapatos para que estos se aten solos y no tener que agacharte, cosa que veo muy lógica y en absoluto desproporcionada, recuerda que tendrás que convivir con ellos el resto de tu vida. Deberás cuidarlos, vigilarlos para que no se anuden solos en sueños y se puedan asfixiar y cambiarles los herretes de vez en cuando.


Si no lo haces y dejas de prestarles atención, puede que aniden en algún rincón de tu casa difícil de acceder y pergeñar contra tí. Si dejas muchos cordones sueltos libres por la casa crearán una alianza para destruir al culpable de su desdicha, te verán a ti y atarán cabos. No serías el primero que aparece ahorcado en su casa por no haber sido capaz de cuidar apropiadamente los cordones de sus zapatos.


También puedes ir descalzo.


Encantación de cordones

(Cantata Cordata)


Ingredientes:

- Cordones de zapatos (2)

- Una flauta dulce

- Un catálogo de nudos marineros

- Un libro de kamasutra

- Hilo de vida o sedal de vida.


-Lo primero que necesitas para dotar de vida unos cordones de zapatos es unos cordones de zapatos. Al igual que para asesinar a alguien, necesitas al menos una persona viva. Pero alrevés.


-Te recomiendo que saques los cordones de los zapatos antes de lanzar el hechizo de animación, ya que puedes animar por error a tus zapatos y estos, siendo prendas tan astutas como son, siempre irán un paso por delante, dificultando el caminar especialmente si hay charcos. Memoriza bien cómo están acordonados a los zapatos, ya que si te parece complicado atarte los cordones, meterlos en el orden correcto en los aretes de tu calzado podría acabar con tu vida, si te esfuerzas mucho.


-Lo primero es atar la punta del cordón -o, como todo el mundo sabe, el herrete- a un hilo de vida que tengas suelto. Puedes usar el de una lagartija o un vecino al que no le tengas mucho aprecio. Siempre puedes usar el hilo de vida de alguien recién fallecido, pero para eso deberías ir a un funeral, ponerte los zapatos buenos y atártelos, y estamos con ese problema ¿no?


-Tira de los hilos de vida haciendo de titiritero con los cordones para que estos empiecen a comportarse como si estuviesen vivos hasta creérselo. Puedes interpretar una obra de teatro sencilla con ellos, como La importancia de llamarse Ernesto o El lago de los cisnes. Esto no ayudará en nada al proceso de animación, pero chico, todos merecemos echar un rato divertido ¿no?


-Una vez que empiecen a moverse y retorcerse, siéntalos en un pupitre muy pequeño (si no tienes, siempre puedes usar una caja de cerillas o un sillón muy pequeño) y oblígales a estudiar el catálogo de nudos marineros y el Kamasutra. El primero es importante para que aprendan la teoría y la inmensa variedad de nudos que pueden hacer. Así conseguirás que tus zapatos luzcan siempre con un cordonaje suficiente y te ayudará a romper el hielo con la gente. El libro de kamasutra tiene un objetivo parecido, aunque tendrás que hacer una selección previa de los nudos que quieres que hagan, o te llenarán la casa de cordoncitos pequeños.


-Oblígales a pasar por el arete de los zapatos y con la flauta dulce acompáñalos como un encantador de serpiente para que te obedezcan, siguiendo el ritmo de tu música. Ahora por las mañanas no tendrás que realizar algo tan complejo como atarte los zapatos y solo tendrás que interpretar alguna canción del folklore hindú con la flauta para poder ponerte los zapatos.


-Si no sabes tocar la flauta puedes intentarlo con otro instrumento aunque el éxito no está asegurado. Puedes ir probando hasta que suene la flauta.


Sugerencias


En serio, unas chanclas, o algo, y no te compliques.