Estimado Bruno. Soy muy fan de tu consultorio, lo leo siempre, pero es la primera vez que te escribo. Verás, es que me gusta mucho el olor a nuevo de los libros, pero en cuanto los leo una o dos veces, se va. ¿Hay alguna manera de que dure más? Muchas gracias!
- Muncha
Hola, queridos lectores. Lo primero, quiero pedir disculpas y una pequeña corrección al hechizo de ayer. En él os especificaba que debéis usar la pluma de avestruz para emulsionar el polvo de hada, cuando debería haber dicho que usaseis una pluma de emu, ya que de otra manera puede afectaros a vosotros en el proceso y haceros olvidar un día entero o incluso borrar de vuestros recuerdos haber leído el hechizo que claramente escribí ayer.
Y respecto a tu pregunta, Muncha. ¿Sabías que el delicioso olor a libro viejo viene de la descomposicion mediante hidrólisis ácida del papel con el que está hecho. Variando el año en que el libro ha sido editado y en consecuencia la composición del papel, se producen diferentes moléculas volátiles que son las que le otorgan los diferentes olores agradables, como a vainilla, a flores, o incluso a veces a libro viejo. De ahí que nos resulte tan embriagador.
Pero tú hablas de libros nuevos y en ese caso te resulta tan agradable porque estás oliendo pegamento.
Al menos esta es una de las causas más comunes de que nos resulte tan agradable, divertido e incluso, dependiendo del pegamento, lisérgico. Eso explica por qué muchas veces, tras leer un libro, sentimos una sensación eufórica. Por oler pegamento. Es poco sabido, porque no se habla, pero la mayor parte de los best-sellers actuales basan su éxito en el pegamento que usan para unir sus páginas, y no es nada raro que del precio total del libro, la Industria y el Lobby del adhesivo se lleve un 37% de las ganancias, mientras el autor se suele quedar, con suerte, con el 12%.
Esto también explica las miradas perdidas y vacías que suelen tener algunos editores, especialmente los que son a la vez autores. Estos últimos usan el poder lisérgico de la cola de los libros para escribir manuscritos cada vez más locos y rebuscados, con premisas tan absurdas que no pueden evitar ser ejemplo de la merma neuronal que el abuso del pegamento les ha causado. No me malinterpretéis, yo mismo tengo amigos escritores, y me parece una profesión casi tan respetable como las demás. Pero también es importante no olvidar que oler pegamento es una de las principales causas de muerte entre escritores, al igual que también una de las principales causas de su éxito.
Pero hay otro motivo por el cual un libro nuevo huele tan bien, y son las palabras. Palabras impresas, recién sacadas de la mente (o lo que quede de ella) de un escritor, atrapadas en el papel hasta que tú llegas y las lees, paladeando la información fresca que en ellas permea.
Quien crea que las palabras no huelen, quiero que piense en ese trozo de mierda de perro húmedo y caliente que pisaron hace años, e intenten no notar de nuevo su olor.
El problema de los libros actuales es que las imprentas han optimizado recursos, abaratando el papel, incluyendo procesos digitales a costa de que las palabras que vienen en los libros sean de peor calidad, más artificiales y procesadas. Por eso es que su aroma se pierde más rápido. De ahí que cuando lo leas por segunda vez, no notarás lo que tú llamas olor a libro nuevo, que no es más que el aroma de un buen trozo de literatura fresca.
Puedes conseguir que tu libro siga oliendo a nuevo de tres maneras: Transcribiendo a mano el libro a medida que lo vayas leyendo. Esto hace que las palabras tengan un ligero toque a recalentado, pero lograrás que su aroma dure mucho más tiempo.
La segunda opción, sería rociar muy ligeramente el libro con agua de la fuente de la eterna juventud. No es muy recomendable ya que es bastante difícil de obtener y además, es fácil pasarse y que el libro rejuvenezca demasiado hasta ser un primer borrador sin corregir, arruinándolo.
La tercera opción es hacer tú en tu casa tu propio olor a libro nuevo y perfumar tus libros que han perdido su frescura pero no son tan viejos como para que huelan a libro viejo. Como con la comida, cada uno puede variar en apetencias, así que la receta que aquí te paso es mi favorita, pero puedes modificarla al gusto. Recuerda los preceptos de la magia: Innovar, experimentar y tener un extintor cerca.
Hechizo de fragancia literaria
(Fleur du mot juste)
Ingredientes:
- Dos o tres coplas de pie quebrado.
- Un párrafo de relleno bien gordo.
- Una frase de inicio de capítulo espectacular (o dos buenas)
- Media docena de referencias cruzadas.
- Una morcilla improvisada.
- Un par de arenques rojos.
- Un puñado de pies de página.
- Una pluma de avestruz.
- Comas, al gusto.
1. Pon un litro de agua a hervir y prepara una hoja en blanco. Parte las coplas, arráncale los pies y resérvalos. Vierte el resto y comienza a remover el texto con la pluma. Recuerda hacerlo con cuidado o podrías partir las sinalefas, creando grumos.
2. Añade el párrafo de relleno, esto le dará más espesura al mejunje y conseguirá que no sea tan intenso. A veces una frase vacía o un párrafo que no dice nada puede parecer que son solo palabras añadidas para que el texto quede más largo, pero muchas veces no damos importancia a estos y se nos olvida que, no decir nada al final es eso, no decir nada. Y nada más.
3. Usa la frase de inicio para darle potencia. Puedes usar dos frases de inicio que sean simplemente buenas, pero no recomiendo usar tres mediocres, ya que el resultado puede quedar demasiado blando.
4. Separa las referencias y asegúrate que sean frescas. Las referencias pasadas de fecha pueden hacer que el perfume, en lugar de a libro nuevo, acabe oliendo más viejo que Papuchi.
5. Mete una morcilla improvisada al texto. No te voy a decir cómo, ya que entonces pierde la gracia y olor.
6. Mezcla los pies de página con los pies de las coplas reservados y saltéalos1. Puedes añadir a la mezcla, si quieres, un pie de la letra, pero como te he dicho no hace falta que sigas toda la receta tan literal.
7. Vierte todo con el resto de texto asegurándote de que no te ha quedado ningún ingrediente. Recuerda quitarle las partes más verdes al texto, o quedará demasiado picante, aunque esto depende del gusto de cada cual. Transcribe a fuego lento mientras añades formato a la mezcla. Espolvorea las comas, las cuales, bien usadas, y sin abusar, pueden darle un ritmo, pausado, al, texto.
8. Si has seguido las indicaciones tu cocina olerá a libro nuevo. Puedes usar el aroma en tus libros ya usados para volver a dotarles de frescura. Si quieres usarlo más adelante, puedes fotocopiar y congelar.
Advertencias
Cada vez, cada p*ta vez que vuelvo a Oviedo en tren, el apeadero de Llamaquique tiene las escaleras automáticas apagadas. Odio los ascensores y como suba más escaleras al modo tradicional acabaré reventando los vaqueros con los gemelos. ¿Qué puedo hacer?
Rubén - Oviedo
Hola, Rubén. Te entiendo perfectamente. ¡Las malditas escaleras automáticas! Pero ya sabemos lo que ocurre, la tecnología se basa en ciencia, y la ciencia, como todos sabemos, es falible. De ahí que a veces esas escaleras sean automáticas y otras sean simplemente eso, escaleras.
También comparto tu odio por los ascensores. No acabo de comprender del todo como introduciéndonos en una pequeña habitación (porque eso es un ascensor, una habitación muy pequeña) que está en un piso, ésta consiga trasladarse a otro piso. Me resulta por completo incomprensible que la misma puerta una vez te lleve a una planta y luego a otra, sin dejar el sabor metálico que suele dejar los portales intradimensionales o las mutaciones secundarias que acarrean los teletransportes. He conseguido desentrañar muchos misterios del universo en mis largos años de vida, pero esos malditos habitáculos no dejarán de mostrarme humildemente que la sabiduría humana, al contrario que la mística del universo, es finita. Putos ascensores.
Por eso yo siempre suelo usar las escaleras, pero como al final resulta cansado llevo encima un sencillo hechizo de animación para convertir cualquier escalera en una escalera automática. Para tu problema de romper los vaqueros, te recomiendo un truco más sencillo, que es no llevar pantalones.
Pero si prefieres, por algún extraño fetichismo, seguir llevando pantalones, entonces solo tienes que seguir los pasos de este hechizo de animación, derivado de la invención de los golems. Tan sencillo que un niño podría hacerlo. Se recomienda no dejar cerca del alcance de los niños.
No tomes mi advertencia como si fuese una vacía amenaza. Mi sobrina, con solo tres años, usó el hechizo de animación en una de sus muñecas para jugar a las cocinitas. Y no fue problema para ella realizarlo. Siempre fue una niña precoz y su poder ha ido aumentando con los años hasta que de mayor tuvimos que aunar fuerzas para detenerla. Pero me desvío del tema. La pequeña introdujo en la cabeza de la muñeca el hechizo con las órdenes de un golem para jugar a las cocinitas y esta, con los ojos brillantes por el fuego interno, comenzó a caminar y jugar a las cocinitas como solo un golem sabe: con fervor y hasta el extremo.
Preparó más de cincuenta platos diferentes y dio de comer a toda la familia durante un mes. Abrió una cadena de restaurantes mientras innovaba en la cocina buscando el plato perfecto. Cuando ya había abierto más de dieciséis franquicias de su cadena de restaurantes en Europa, decidió que la última delicatessen que le faltaba por cocinar era la carne humana. Ahí fue cuando decidimos intervenir y, por mucho esfuerzo que costase, decirle a la pequeña que ya estaba bien de jugar que tendría que acabar con la vida que ella misma había creado.
Tras mucho tiempo de búsqueda que acabó en una frenética persecución por las calles de París y un duelo a muerte en las catacumbas, mi sobrina acabó reventando la cabeza de la muñeca de un disparo con la escopeta de su abuelo. Por suerte, su actuación fue rápida y paró las ansias caníbales de la muñeca antes de lamentar heridos, aunque no a tiempo para evitar siete asesinatos en serie.
Después de eso, la niña no quiso jugar a las muñecas y para su quinto cumpleaños le compramos una consola.
Así que sí, este hechizo es fácil de realizar, pero siempre con precaución. Ningún mago que se precie sale de casa sin su escopeta.
Hechizo de Animación de Escaleras
(Scalatum vivendi)
Ingredientes:
- Una vela del tamaño adecuado
- Lápiz
- Papel
- Esquirlera
1. Lo primero es escribir la orden que tiene que recibir el golem a crear. Has de ser muy preciso ya que suelen llevar sus recados al extremo, así que recomiendo ponerles alguna condición de salida. Puedes poner “subir” en el papel. Pero tendrás que especificar hacia dónde, la velocidad de subida, cuando parar, si comerse la gente que use los peldaños o no…Escribe todo lo que se te ocurra que te pueda hacer una escalera y apúntalo. Recuerda separar cada orden por punto y coma o podrían salir bichos de entre los peldaños.
2. Busca una vela que será el fulgor que otorgue vida al constructo. Dependiendo de la energía que necesite subir, requerirá de una vela de mayor o menor tamaño, consulta la siguiente tabla:
Observa en la tabla que no está contemplado el peso de 77 Kg. Si es tu caso, gana o pierde un kilo antes de acercarte a un golem, ya que por algún motivo suelen partir a la mitad la gente con 77 kilos. Se sospecha que odian el número 77 o que les gusta mucho el número 36 y medio.
3. Introduce la esquirla de escalera, también conocida como esquila o esquirlera, en el papel con las órdenes y haz una bolita. Ten en cuenta que la orden se consumirá en cuanto la uses, así que si planeas subir más de un tramo de escalera ese día, lleva más de una nota envolviendo la piedra. Ten en cuenta que si llevas más de veinte piedras en los bolsillos, tendrás que recalcular tu peso otra vez. De nuevo, insistimos, aléjate del 77. Métete más piedras en los bolsillos si es necesario, o come mucha bollería.
4. Cuando llegues al tramo de escalera, coloca la vela en el primer peldaño, súbete y prende fuego a la orden escrita. La escalera comenzará a subir como si fuese una escalera automática.
5. Retira la vela de la escalera antes de llegar arriba del todo o seguirá subiendo más allá de sí misma, con todo el quebradero de cabeza que conlleva.
Advertencias
Puedes usar este mismo truco para hacer que una acera avance, unas escaleras bajen o una alfombra repte, usando trozos del material a animar en lugar de la esquirlera. No se te ocurra probarlo en un ascensor, ya que ninguna mente humana podría imaginar qué puede ocurrir si uno de esos infernales aparatos cobrase vida.
Recuerda no pesar 77 kilos. En general.
Teniendo que desatascar una cañería rebelde, al final acabé usando como herramienta el cardador para el pelo de mi media naranja. ¿Cómo evitar que cuando ella venga y vea su cardador convertido en básicamente chatarra me asesine minuciosamente? Need answer fast; vuelve a casa en 10 minutos…
- Jose B.
Hola de nuevo, Jose, espero que tu último consejo, el que enviaste como anónimo, te haya funcionado bien, tu jefe esté maldito y nadie se haya enterado que es culpa tuya ni nunca lo sepa.
Aunque por lo que veo da igual, ya que según puedo inferir de tu mensaje, ahora mismo ya estás muerto. Una verdadera lástima, pero así son las cosas del amor, la vida y la muerte. No entenderé por qué querrías juntarte con alguien que trabaja como asesina y que además, resulta ser tan minuciosa en su trabajo. Pero tampoco entiendo como ella querría juntarse con alguien que usa su cardador para desatascar cañerías. De nuevo, los entresijos del amor me resultan mayor misterio que las fuerzas mismas de la naturaleza.
Por suerte, he transcrito esta respuesta a través de una ouija autómata, así que espero que recibas este mensaje estés en el más allá donde estés. Recuerda que una vez que tu alma se ha liberado de tu prisión carnal, si deseas guardar recuerdos para tu siguiente reencarnación, debes escribírtelos en la piel con una pluma de plata. Si en lugar de reencarnarte has optado por ir al infierno, no te preocupes que ya se encargarán ellos de grabarte cosas en la piel para que no se te olviden.
Pero ya que me voy a molestar en responderte, me gustaría que existiese la opción de que este consejo te sea útil en la siguiente vida. Aunque yo que tú me apuntaría también lo de no casarse con minuciosos asesinos.
Respecto a tu problema, no sé si esperabas que te diese una opción para hacer desaparecer el cuerpo del delito, hacer desaparecer el recuerdo de su existencia, o desaparecer tú y aparecer mágicamente en un país sin extradición. Pero, para que nada de esto vuelva a ocurrir, te voy a dejar aquí un hechizo muy útil para desatascar cañerías, sin tener que usar aparatos de higiene y belleza femenina. O un alambre. ¿Has llegado a pensar en usar un alambre? Bueno, da igual. Ya estás muerto. Apúntate también lo del alambre en la piel, para la próxima vez.
Ritual de purga y desatasque de cañerías.
(Plumbum purgatorium)
Ingredientes:
- Sangre de escorpión.
- Leche agria de mamut
- Baba de dragón de fuego
- Fuego de dragón de baba
- Medio limón
- Pólvora roja
1. Coloca el tapón, abre el grifo y llena el fregadero a desatascar hasta un tercio más o menos. Vierte los ingredientes en orden alfabético. Recuerda abrir una ventana ya que la mezcla de algunos de estos (especialmente el limón) puede resultar tóxica.
2. Remueve con una cuchara de madera en sentido transversal a las agujas del reloj. Retira el tapón del fregadero y deja que el mejunje se introduzca por las cañerías.
3. Cuando la poción entre en contacto con el grumo que produce el atasco, ocurrirá la reacción esperada y se creará un agujero en la realidad que conducirá a otro mundo. Déjate absorber por él. O no, pero da igual, ya que la fuerza de succión es inevitable.
4. Aparecerás en el mágico mundo de Nortia. Si todo va como debería, dos emisarios de la princesa estarán esperando tu llegada como parte de la profecía. Tú sígueles la corriente y diles que sí, que eres el héroe que estaban esperando y que sacrificarás tu vida sin dudarlo por el honor del reino.
5. Asegura a la princesa Genoviva que los salvarás si te otorga la protección de la Espada Ajusticiada con la que su antiguo amante fue enterrado (algunas lenguas dicen que vivo, si lo averiguas avísame, es para una apuesta). Dile que solo la Espada Ajusticiada es capaz de segar la vida del General del Ejército Carmesí, y que sin ella el destino de Norta está tan sellado como lo estaban los ojos de su ciego padre. Tú insiste. Es importante también coger en la caja que hay detrás del cuadro del payaso, el collar de Perlas Doradas.
6. Con la espada en la mano, dirígete al Oeste. Lo más probable es que la Orden del Jilguero insista en seguirte para ayudarte en tu noble tarea. Dales esquinazo en la taberna del Gusano Pisador, normalmente con cuatro cervezas ya podrás alejarte de ellos sin que te molesten. Recuerda pedirle al capitán, antes de librarte de ellos, que te deje su Cantimplora Inmortal. Insiste en que se la devolverás y ofrécele la espada a modo de prenda, para que se quede tranquilo.
7. Tras dejar atrás la taberna, llegarás al Castillo Ensangrentado. Habla con el guardia. Tras averiguar que tiene mucha sed, recoge algo de lava con la Cantimplora Inmortal y ofrécesela de beber al guardia. Cuando caiga desplomado, quítale las llaves del cinturón y el propio cinturón y entra en la fortaleza.
8. Atraviesa las habitaciones del castillo evitando los guardias. Para hacerlo simplemente tienes que ir atravesando las puertas que no tienen sangre en el picaporte y podrás avanzar sin encontrarte con ninguno. Llegarás a la puerta de la Corte Sangrante. Rompe el collar de Perlas Doradas y colócalas en el suelo de la puerta. Llama a la puerta tres veces largas y una corta (la misma clave que te mencionó el guardia) y espera a que el General salga de la habitación buscando la emergencia.
9. Cuando el General haya resbalado con las Perlas, aprovecha para atarlo con el cinturón, Puedes matarlo, pero si no lo haces con la Espada Ajusticiada revive a los pocos segundos. Una vez inmovilizado, quítale el Anillo de Antidiamante y la Lanza Destructora. Ignora su oferta para gobernar juntos. Es una trampa y siempre se lleva un porcentaje abusivo de los impuestos.
10. Usa el Anillo de Antidiamante en el Espejo Revelador, y éste se desintegrará, abriendo una puerta de vuelta a tu hogar. Despídete de Timoteo, el mono que te ha ayudado en las sombras todo este rato y entrégale el casco del General. Ahora él será el General del Ejército Rojo y traerá la paz a Nortia. O la destruirá, no sé, nunca me he quedado a ver qué pasa.
11. Vuelve a tu mundo, y usa la Lanza Destructora para desatascar la cañería.
Advertencias
También, insisto, puedes usar un alambre.
¿Por qué siempre que intento enchufar un USB a mi portátil el primer intento siempre es al revés?
- Fernando
Creo que, por muchos negacionistas que existan de la magia aún a día de hoy, estamos todos de acuerdo, tanto los amantes de las artes de la hechicería como los ignorantes practicantes de las ciencias, que los puertos USB suelen venir con alguna dimensión más de las que debería. Por eso, aunque lo gires, sigue sin encajar y no solo falla al primer intento, si no al segundo, y acaba entrando al tercero que debería ser el primero. Pero no lo es.
Esto tiene una sencilla explicación. Como todo el mundo que sepa cómo funciona el mundo de verdad, un objeto normal suele tener siete dimensiones, a saber: Altura, profundidad, anchura, tiempo, oscuridad, sabor y cladrosura.
Estas siete dimensiones pueden verse a simple vista o con ayuda de algún sexto u octavo sentido. El problema suele venir con las otras siete que vienen después. Algunas sólo existen dentro de otras, otras sólo si no las miras, otras sólo si las miras, etc.
Una de ellas, que por el mero hecho de existir no puede tener nombre, porque si tuviese nombre dejaría de existir, es la que se ha colado en tu USB. Son una plaga moderna, ya que suele brotar cuando hay demasiada información junta, normalmente en medio de la altura y la anchura, sin que nadie pueda verla.
Y el problema es precisamente eso, la modernidad que tanto abraza la gente y, en especial, esos asquerosos infraseres con bata que dicen “entender” el universo pero que no se encontrarían su propio culo ni en cinco de esas dimensiones. A lo largo de la historia hemos conseguido ir reduciendo la cantidad de información en espacios cada vez más diminutos. Primero fue la escritura. No era mucho problema porque al estar normalmente atrapada en papel o tablillas de cera, la información quedaba atrapada en solo dos dimensiones. Cuando la humanidad inventó los libros empezamos a jugar a ser dioses. Cada hoja de papel tenía información por delante Y por detrás. Y tras una hoja venía otra. Comenzábamos a almacenar las palabras en tres dimensiones, con el problema que eso conlleva.
Es cierto. Gracias a este avance se inventaron los grimorios y la magia atrapada en la información que el cubículo de papel al que llamamos libro permite controlar ha hecho avanzar mucho el campo de la magia.
Pero la humanidad, especialmente los abyectos científicos, no se dio por satisfecha y exigió más. Llegaron los CDs, los DVDs, los Discos (duros, blandos, sólidos y gaseosos). La información se movía por dentro de las máquinas con ferocidad y premura, rozando la velocidad de la luz, distorsionando el tiempo a su alrededor. Las palabras se movían por cuatro dimensiones y comenzaban a propagarse también a través de la oscuridad y la cladrosura. Comenzaron a colisionar entre ellas y creaban nuevas dimensiones que hasta ese momento no existían y otras que aunque no lo hacen, pues están claramente ahí. Cosas de dimensiones.
Y por eso tu USB no entra bien a la primera: Tiene más dimensiones de las que debería y puede que lo estés girando en los ejes X, Y y Z, pero no lo estás moviendo bien en el T, la & o el Puturrú.
La manera más fácil de evitar esto es quitándole palabras a tu USB. Seguramente tengas demasiada información en su interior. Documentos, PDFs, readme.txt y demás armas del diablo. Lo mejor es que metas fotos (Sin texto ni carteles, a ser posible del cielo y nubes, algo sencillo) dentro del USB para que ocupen espacio y las palabras tengan más sitio para moverse. O, si es muy grande, alguna película muda. Pero sencilla, alguna de tiros, que si tiene mucho subtexto puede ser hasta peor.
Otra opción, más complicada, pero que te permite seguir metiendo esas deliciosas deliciosas palabras en tu USB, es aplastarlo en la octava dimensión. Para eso, bastará un hechizo de aplastar en la octava dimension.
Hechizo de aplastar en la Octava Dimensión
(Octava Dimension Aplastatum)
Ingredientes:
- Un hilo de plata.
- Dos rodillos de amasar.
- Siete velas de sabores diferentes (no aromáticas)
- Dos gomas de pelo.
- Lo primero es unir los dos rodillos de amasar con las gomas del pelo, cada una atrapando los dos mangos. De esta manera crearemos un rodillo doble, capaz de aplastar en una dimensión, normalmente la anchura, cualquier objeto que metamos dentro. Prueba a pasar entre los dos rodillos una hoja impresa con algún texto escrito con alguna fuente gótica y subrayada, con negritas, y etc. Si por el otro lado sale un texto plano, sin formato, es que el rodillo funciona.
-Colócalo sobre una mesa o entre dos sillas, de tal manera que pueda pasar algo entre ambos rodillos. Prepara las siete velas alrededor, cada una representando una de las siete dimensiones conocidas. Lame cada una de ellas y prende su mecha en orden alternativo y siéntate en el suelo o un sofá. Escoge tú la postura que suelas usar para meditar o viajar astralmente. Coloca el USB al otro lado del círculo, con los rodillos en medio.
- Anúdate un hilo de plata a tu dedo anular, esto te ayudará a encontrar el camino de vuelta.
-Proyéctate astralmente hacia delante. Si no tienes mucha experiencia en la proyección astral, te recomiendo fijamente mirar el USB a través de la rendija entre los dos rodillos hasta quedarte dormido, que viene a ser parecido y de cara a este hechizo ya nos vale.
- Avanza por el plano astral hasta llegar a los rodillos y pasa por el medio. Notarás una presión asfixiante mientras tu alma se ve prensada. No te preocupes por notar como tu cuerpo se aplasta como si te estuviese atropellando un glaciar, es normal. Piensa que tu cuerpo está sano y salvo en el sofá y es solo tu alma la que está sufriendo la compresión. Mucha gente dice que en el plano astral el dolor no existe y se queda en tu cuerpo. Es mentira. En el plano astral todo duele muchísimo. Más incluso que en el normal. Pero tú no pierdas de vista el USB.
- Cuando hayas sido reducido a dos dimensiones físicas, el universo a tu alrededor habrá cambiado y lo percibirás todo como una línea larga con diferentes irregularidades bidimensionales que tus ojos intepretan como simples puntos. Encontrar algo en estas llanuras, si no estás acostumbrado a moverte en la Segunda Dimensión, puede ser una tarea imposible. Pero solo tienes que encontrar tu USB y éste, al tener más dimensiones de lo habitual, es fácilmente distinguible, ya que será el único objeto parecerá un USB normal. Si era un USB con forma de cerdito, seguirá teniendo forma de cerdito. Quizás notes ligeras diferencias en su sabor o su cladrosura, pero es normal, piensa que tanto tu lengua como tus rodillas han perdido parte de la sensibilidad en el viaje astral.
- Agarra el USB y tira del hilo de plata. Tu cuerpo notará el tirón en el dedo y, molesto, tirará de vuelta (los cuerpos son muy vengativos). Volverás a tu cuerpo pasando de nuevo por los rodillos pero en dirección contraria, recuperando tu dimensión perdida. Vuelve a doler, eso sí. No sueltes el USB y fuérzalo a pasar por los rodillos. Lograrás prensarlo en una dimensión y aunque intente esconderse, al ser la más nueva, la octava será la que se aplaste, atrapada entre la anchura y la altura.
- Tendrás en tu mano al fin un USB con las dimensiones correctas, que entrará al primer intento. O, como mucho, al segundo. Pero no al tercero. El esfuerzo habrá merecido la pena.
Advertencias
Para los dolores fantasma que el traumático proceso haya podido marcar en tu alma, te recomiendo un par de años de terapia o Paracetamol.
¿Como hago para que no se me peguen los macarrones? Que estar venga a remover todo el rato es cansado.
- Rtr
Hola Rtr. Espero que encuentres pronto al ladrón de vocales. Respecto a tu pregunta, he de reconocer que me trae recuerdos imborrables... Porque a veces nos empeñamos en buscar la receta más original, exótica e innovadora, cuando realmente lo que más nos apetece es algo sencillo, como unos macarrones con chorizo.
Quizá sea el recuerdo de épocas más sencillas, ese plato de macarrones que preparaba tu padre al salir del colegio un viernes era una maravilla gastronómica y significaba mucho más. Momentos de placidez rutinaria y tranquila. El preludio a un fin de semana que por entonces se antojaba infinito, casi inacabable tanto tiempo como en posibilidades. La sencillez de un plato de macarrones con tomate que iría maridado con un simple vaso de agua y finalizado con una carrera al comedor contra tus seis hermanos mayores a modo de postre. O un plátano.
A veces buscamos en el futuro, en la exploración de lo exótico, en la última novedad o la más arriesgada de las aventuras la misma sensación de llana felicidad que un simple plato de macarrones podía traernos. Y nunca lo encontraremos. No en el futuro.
Así que, no solo te daré el truco para que no tengas que volver a remover más los macarrones, compartiré contigo la receta de Macarrones con chorizo que te retrotraerá a tus recuerdos de infancia.
Macarrones con chorizo
(Receta de TUS padres)
Ingredientes:
- Macarrones
- Cebolla
- Dientes de ajo
- Puerro
- Pimiento rojo
- Guindilla
- Tomate troceado natural
- Chorizo fresco
- Orégano seco al gusto
- Queso
- Una piedra de alma vacía
- Empezamos por cocer los macarrones en agua con sal al gusto, siguiendo las indicaciones. Personalmente, no me gusta usar el tiempo de cocción indicado en el paquete y prefiero optar por un término medio entre al dente y suave, para que queden consistentes pero no demasiado densos. Remueve. Es importante para que no se peguen. Nunca más.
-Escurrimos los macarrones reservando en un vaso un poco del agua y lavamos la pasta con un chorro de agua fría para cortar la cocción.
- Vierte un par de gotas de sangre en la piedra de alma y déjala enfriando a la luz de la Luna.
- Picamos las verduras mientras calentamos en la sartén un poco de aceite. Vamos sofriendo las verduras. Recuerda que para que queden homogéneas, es importante cocerlas en orden de dureza, empezando por los ajos. Estos han de coger algo de dorado, pero no demasiado, o acabarán secándose.
- Precalienta el horno a 200ºC.
- Cuando las verduras empiecen a tener color, vierte un poco del agua de cocer la pasta para que se guisen en ésta. Después añade el tomate triturado. En las especias, cada uno es un mundo, así que opta por tus favoritas. Por mi parte, si quieres ser fiel a la idea de la sencillez, basta con un poco de orégano. Hay quien opta por echar una hoja de laurel y quien añade una pizca de albahaca. Si has de echar la última, procura que sea fresca tras preparar el plato, ya que además de sabor, le dará un aroma espectacular a tu plato.
- Precalienta la piedra del alma a 400ºC.
- Tritura la salsa con la batidora y retírala en un bol. En la misma sartén que has preparado la salsa, trocea el chorizo y saltéalo para que suelte la grasa hasta que dore. Vierte los tomates y asústalos un poco con el fuego. Luego añade la salsa y cocina el plato durante un par de minutos.
- Si ves que la piedra de alma se comienza a agrietar dale la vuelta para evitar que cree un vacío que absorba cientos de almas hasta quedar saciado. Puedes también taparlo con un trapo de cocina.
- Añade el plato a un recipiente de horno y espolvoréalo con queso para gratinar. Mételo al horno y espera a que el queso comience dorarse para retirarlo.
- Sácalo de horno y espera a que enfríe. Puedes añadir un poco de pimienta molida o la albahaca fresca que habíamos comentado.
-Ya tienes tu plato. Cuidado hasta el más mínimo detalle y siguiendo la receta que hacían nuestros padres cuando éramos pequeños, afinada al gusto. Solo con el aroma que desprenden ya sabes que son los mejores macarrones que has cocinado nunca. Y los has hecho tú solo, un rito de paso, a la madurez. Ya no eres el niño que eras antes. No serán los mismos. El fin de semana pasará rápido y anodino. La felicidad que representaba para ti ese plato no será la misma. Sé consciente del paso inexorable del tiempo y confirma que los recuerdos no son más que eso, y que el tiempo no hace sino reducirlos cada vez más hasta que son pequeñas joyas, preciosas pero frías. Tira el plato de macarrones a la basura. Total, no sabrá igual. Deja sentir la melancolía, la tristeza por los momentos que existieron pero ya no lo hacen. Por tiempos que no existen más que en el interior de tu cabeza. Deja resbalar esa lágrima por la mejilla.
- Vierte la lágrima en la piedra de alma vacía y conseguirás atraer con la melancolía concentrada a un hada. El hada quedará atrapada en su interior y estará obligada a concederte un deseo.
- Pídele que no se te vuelvan a pegar los macarrones.
Advertencias
Cuidado con ser ambicioso con el deseo. Puedes pedir oro y riquezas, pero no lo concederá. El hada ha sido atraída por tu deseo de macarrones y su poder se limitará a esto.
Siempre puedes pedir que te permita a tu alma viajar al pasado, al momento en el que comías macarrones cuando eras niño y revivirlo. Lo concederá, pero ten en cuenta que para ello expulsará temporalmente al alma de tu versión pasada de tu cuerpo, así que solo podrás hacer esto tantas veces como hayas comido macarrones de pequeño.
También puedes pedir que no se te peguen los espaguetis, aunque que lo conceda ya dependerá del hada.
El poderoso Bruno el poderoso
¿Cómo puedo conseguir que me dejen de dar la vara en el trabajo, especialmente por parte de mi jefe que es un micromanager de cojones que no me deja vivir y cada vez me cuesta más contener mis ganas de degollarlo con una cucharilla de postre?
- Anónimo (Por el bien de su empresa)
Hola, Pepe, perdona que hayamos puesto tu pregunta firmada por un anónimo, pero preferimos que la publicación de este consejo no te afecte ni a ti, Jose Beltrán, ni a tu empresa. Por eso preferimos no publicar tu nombre, Pepe.
Por supuesto, desde este consultorio repudiamos tu solución propuesta y desaconsejamos con vehemencia tu alternativa de degollarlo con una cucharilla de postre. Hay un sinfín de armas cortantes mucho más apropiadas y siempre recomendaré el uso de la herramienta adecuada para el trabajo apropiado. Por supuesto, tienes a tu disposición toda una gama de diferentes dagas ceremoniales que no solo te evitan un sobreesfuerzo de tu muñeca, si no que te permiten aprovechar la sangre de tu jefe degollado para algún ritual. Recuerda que la verdadera magia no consiste en lanzar rayos por la punta de los dedos, si no en saber aprovechar los recursos que la naturaleza y el ocasional asesinato nos proporcionan.
De todas maneras, a pesar de dedicarme profesionalmente a la hechicería, conozco los entresijos del trabajo mundano. Siempre he defendido que para poder atisbar la frontera entre la chispa encendida del alma de un ser vivo y la luz apagada de un alma vacía y muerta vagando por el inframundo, solo es necesario observar cualquier trabajo de oficina. Por eso sé con la misma certeza que sé que decapitar a una hidra solo trae más trabajo, que hacer lo mismo con tu jefe acarreará las mismas consecuencias. Y hablo desde la experiencia, no es el primer encargado que he transformado en un montón de cenizas. Y sin embargo, siempre vuelven a aparecer otros, obtenidos del mismo purgatorio gris de donde ha salido el anterior, dispuesto a continuar tu tortura al mismo lento ritmo que su predecesor. Normalmente, además, acompañados de una nota de recursos humanos en las que se me pregunta por mi implicación en la desaparición del décimo jefe de planta.
Me temo que asesinar a jefes intermedios es una tarea digna de sísifo ya que parecen no agotarse. La mejor solución sería eliminar la cabeza más alta de la jerarquía. Para esto valdría un simple hechizo de fuego o una piedra muy gorda, pero, lamentablemente, no es tan fácil. Porque una vez que comienzas a ascender en las filas corporativas buscando el responsable último, descubres que siempre hay alguien por encima. Y a pesar de la forma piramidal de nuestra sociedad, no parece haber nadie en la punta. Más bien, gente mejor vestida en diferentes puntos del laberinto que realmente es nuestra jerarquía social.
Así que, si tras mis palabras aún sigues decidido a degollar a tu jefe con una cucharilla desoyendo mis consejos, al menos, escucha éste e intenta que la cucharilla sea de plata. La posibilidad de que tu jefe sea un vampiro es más alta de lo que crees y con una cucharilla normal harías el ridículo más espantoso.
Pero, si decides seguir mis consejos, te propongo una alternativa más limpia y efectiva para deshacerte de la constante mirada de tu jefe por encima de tu hombro con cada microtarea. Que él sufra lo mismo.
Invocación de La Cabeza Flotante del Nanomanagement
(Nanoprocuratio Testa)
Ingredientes:
- Trozo de lápida de algún viejo empresario. A ser posible ya muerto.
- Un cráneo humano (Ya pelado)
- Un horno jíbaro
- La agenda de un año maldito
- Clavo.
- Lo primero es conseguir el cráneo humano. Normalmente no hay problema para obtenerlo y simplemente tienes que pedir que te lo aparten cuando compres un cadáver entero o, de lo contrario, lo tirarán. Si no están pelados, recuerda que es tan fácil como ponerlos en agua hirviendo y luego echarlos en agua con hielo. O usar un pelacráneos.
- Precalienta el horno jíbaro a 166º.
-Trocea el trozo de lápida en piedras del tamaño de nueces con un cascalápidas o un mazo. Introdúcelas en el horno jíbaro para que vayan cogiendo temperatura.
- Para la agenda del año maldito tienes que buscar una agenda ya rellenada con tareas de algún año maldito. Cualquier agenda de los años de la Primera o Segunda Guerra mundial, o la Guerra Civil debería bastar. Aunque según la mayoría de astrólogos, cualquier año desde el 2018 ya podría valer.
- Repasa una a una las hojas de la agenda revisando que no haya un solo hueco libre. Si lo hay, rellénalo con tareas mundanas como “contar todas las columnas del excel a mano”, “comprobar qué números de teléfono de la agenda de clientes son primos” o “revisar que no haya huecos en una agenda vieja”. Una vez revisadas, úsalas para avivar el fuego del horno jíbaro.
- Cuando hayas consumido toda la agenda, coloca el cráneo en el horno y cuece a fuego lento mientras se va reduciendo. Cuando veas que tiene el tamaño adecuado, introduce el clavo en el horno. Servirá como ligadura y le dará un sabor característico al hechizo.
- Agarra el clavo ardiendo y colócalo sobre el hombro de tu jefe. El espíritu maldito del nanomanagment quedará ligado a éste y lo perseguirá dirigiendo las tareas más minuciosas de su vida y criticándolas con dureza. Tu jefe aprenderá la lección y dejará de hacértelo a ti. O descargará su frustración contigo y te lo hará el doble de fuerte. Es lo que tiene la magia corporativa, que es muy impredecible.
Advertencias
Es difícil encontrar el tamaño adecuado de reducción del cráneo. Cuanto más pequeña sea la cabeza resultante, más pequeñas serán las tareas. Así un cráneo del tamaño de un puño perseguirá a su víctima criticando todo su trabajo, su tiempo de ocio, los platos que cocine y su manera de hacer el amor. Si lo reducimos al tamaño de una nuez, criticará e intentará corregir la dirección que tome al caminar, todas las palabras esdrújulas que pronuncie y su gusto a la hora de vestir.
Una cabeza del tamaño de una avellana comenzará a criticar la manera de respirar o parpadear y, aunque como tortura para tu jefe suene bien, piensa que también tú podrás oírla y resulta molesto.
Si la cabeza está poco hecha, por el contrario, se dedicará a criticar las películas que vea y, aunque resulte molesto, hay gente viva que ya hace esto y quizás tu jefe ya esté acostumbrado.
Para cómo lidiar con esta gente, por cierto, sí que recomiendo el uso de la cucharilla que mencionas, Pepe.
¿Por qué cuando salgo a la calle sin paraguas llueve? ¿Y cuando tengo paraguas hace sol?
- Sr Nubarrón, Egipto
¿Por qué cuando salgo a la calle sin paraguas llueve?
Hola, querido señor Nubarrón. Por lo que veo, me temo informarle de que no sabe usar un paraguas. Pero no se preocupe, es un problema sistémico de esta sociedad que se preocupa tanto de aprender nuevos trucos y rápidamente se olvida de lo que ya sabíamos.
Pero para eso estamos los expertos, para arrojar luz en los agujeros oscuros de la historia de la humanidad, como una acertada mecha en un sombrío polvorín.
Porque ¿sabía usted que los paraguas se inventaron para atraer la luz solar? Los paraguas, como mal los conocemos a día de hoy, son tótems de dioses antiguos. Dioses primigenios que se crearon en el borde de la consciencia de la humanidad, cuando apenas nos separábamos de otros animales por un par de pasitos evolutivos. Dioses creados cuando comenzamos a caminar a dos patas y comenzamos a mirar al cielo.
Y uno de los primeros dioses adorados era, precisamente, ese astro que gobierna sobre nuestras cabezas. El padre de todos los dioses que culturas posteriores intentaron emular: El Sol.
Como primitivos humanos que éramos, tan inmaduros como civilización que apenas habíamos aprendido usar el lenguaje, el arte o el capitalismo, temíamos el poder del astro Sol. Él nos calentaba, él apartaba las nubes que traían las tormentas, nos alumbraba en un territorio plagado de depredadores. Por eso, cuando el Sol no salía, lo tomábamos como el mal presagio que era. Y lo llamábamos, por supuesto. Desesperados por su calor, le hacíamos ofrendas y le rezábamos con unos gritos tan salvajes que aún no habían engendrado palabras.
Y creamos tótems a su imagen. Remedos de su luminosa silueta creados primero con hojas de palmera que intentaban emular las puntas de la estrella de luz y, más adelante, cuando conseguimos controlar las herramientas, con tallas en madera o incluso pieles animales.
Y, cuando el Sol no salía, le mostrábamos sus facsímiles, los homenajes que este animal que acababa de descubrir la religión le ofrecía. Los primeros tótems. Alzándolos al cielo cuando las primeras nubes se asomaban, crueles, intentando espantarlas recordándoles quién era el verdadero rey de los cielos.
Cuando alzarlos con las propias manos no era suficiente, en un intento infantil de alzar nuestros pequeños soles al cielo, se les otorgó una suerte de soporte, para que el verdadero Sol pudiera verlos de cerca. Normalmente algún palo o hueso humano que alzase los tótems y los acercase al objeto de adoración.
Y ese fue el primer paraguas. Un tótem anterior a cualquier civilización que supiese escribir su propio nombre, destinado a llamar al sol cuando este se ocultaba tras las nubes. Y funcionaba, claro que funcionaba y la prueba está en que a día de hoy sigue haciéndolo de ahí tu problema.
Nuestro error ocurrió cuando el mensaje se fue perdiendo de generación en generación, y cuando los primeros nietos veían a sus abuelos ofrecer sus totems al cielo, fueron imitándolos sin saber qué significaba tan extraño ritual. Al cabo de muchas generaciones, el objetivo inicial se había perdido, pero los primeros humanos vieron que dichos tótems les protegían de la lluvia cuando el Sol era demasiado remolón o las nubes excesivamente pertinaces e imitaban a sus ancestros, que por algún motivo los sacaban cuando venían las nubes. Que detuviese las gotas de lluvia fue un accidente. Útil, y a la vez el motivo por el cual olvidamos para qué servía realmente ese pequeño Sol portátil al final de un palo.
Y así se inventó el primer paraguas. Sin querer. Malinterpretando su simbología y desaprovechando su verdadero poder en aras de un uso más mundano. Lo que era una humilde ofrenda al primer dios que osó escuchar a los primeros hombres derivó en un objeto más de la tecnología. Una suerte de techo portátil limitado a proteger de la lluvia a su portador.
El problema a día de hoy es que el tótem sigue funcionando pero su uso está demasiado extendido. Cuando empiezan a caer las primeras gotas, la mayor parte de la humanidad abre sus paraguas sin mirar al cielo y esperar a que el Sol responda a su llamada. De estas ofrendas totémicas descontroladas nace la sensación de que el Sol sale cuando llevas un paraguas y no lo hace si no lo llevas. Otra prueba de esto es la existencia de la sombrilla, que no es más que un paraguas pero destinado a salir cuando ya hace Sol, como agradecimiento. De ahí que suela ser más colorido.
¿La solución? Hasta que, como civilización, seamos capaces de volver a los ancestrales rituales de adoración al sol y dejarnos de tanto móvil, no hay una solución eficaz para evitar que siga ocurriendo. Lo que te recomiendo es una solución sencilla, que es salir de casa sin paraguas pero con algún campo de fuerza telekinético.
Te dejo aquí la receta para preparar uno casero muy rápido con ingredientes que todos tenemos por casa y eficaz para la lluvia. Pero no para la nieve, son fenómenos diferentes y en otra ocasión os hablaré de la relación de los guantes de nieve, Santa Claus y el Cambio Climático.
Círculo de protección contra precipitaciones moderadas y fuerte moderadas
(Repellum Pluviosa)
Ingredientes:
- Una cucharada de Sal.
- Un puerro.
- Una cartulina de color.
- El corazón de una persona pesimista.
-Dibuja un círculo de sal en la cartulina. La sal y el agua, como todo el mundo sabe, son enemigos acérrimos y la sal repelerá el agua para defenderse a sí misma. El círculo puede ser elipsoidal si quieres que quepa más de una persona o hexagonal si quieres proteger también abejas, que a veces pasa.
-Coge un puerro (domesticado, a poder ser) por la parte verde y comienza a girarlo sobre sí mismo mientras entonamos los cánticos finlandeses de Ievan. Puedes encontrar dichos salmos fácilmente en Internet, especialmente a principios del año dos mil.
- Arráncale el corazón a una persona pesimista y usa su sangre para apelmazar y asegurar la sal en la cartulina. Es importante que la persona pesimista no se dé cuenta de que le estás sacrificando ya que, en ese caso, su pesimismo se verá justificado y entonces ya no será una persona pesimista si no acertada y la sangre ya no valdría.
- Normalmente, estos círculos de protección están pensados para dibujar alrededor de un lugar y quedarse en el interior, pero como tu idea es salir a la calle, por eso lo hemos hecho sobre una cartulina, para que puedas llevarlo cómodamente y desplegarlo en el suelo cada vez que veas que empieza a llover. Puedes hacer incluso un agujero en el centro para meter las piernas y poder seguir caminando, sujetando la cartulina con la ingle y riéndote de toda la gente que sale a la calle sin saber usar un paraguas.